El servicio de agua potable en el norte de Quito, que incluye las parroquias de Calacalí, San Antonio de Pichincha y Calderón, ha comenzado a recuperarse de manera gradual. Tras las evaluaciones realizadas durante el fin de semana, se han llevado a cabo acciones efectivas desde el pasado viernes, lo que ha permitido que la operatividad del sistema se reinicie progresivamente. Se espera que el suministro se normalice por completo hasta este martes.
Las variaciones en el abastecimiento recientes se debieron a una desestabilización en la línea de transmisión Bellavista – Collaloma – Calderón – Calacalí. Esta infraestructura, sensible a las condiciones climáticas, se vio afectada por la falta de lluvias y el aumento en la demanda de agua, especialmente durante los últimos días de calor extremo. Debido a esto, se realizaron ajustes en la distribución priorizando los barrios de zonas altas.
Para mitigar el impacto en los sectores más afectados, se implementaron soluciones complementarias como el abastecimiento con tanqueros y tanques de reserva. Además, se está en proceso la construcción del proyecto Agua para Calderón, que tiene como objetivo proporcionar un abastecimiento continuo y seguro a largo plazo para estas parroquias. A pesar de la situación actual, se distribuyó un cronograma de abastecimiento, mejorando así la situación del servicio.
